jueves, 18 de febrero de 2010

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL EXCREMENTO INFANTIL

"Quiero hacer caca", dice el niño ignorando que la caca ya la tiene hecha y que lo que quiere es sacársela de dentro."Venga, vamos", responde la señora con una sonrisa que delata, como poco, filiación materna ( si, en vez de su hijo, se lo dijera, por ejemplo, Pedro Piqueras, la reacción seria muy distinta)." Pero quiero hacer caca en el baño de Pablito", replica el mocoso rechazando la mano tendida de su progenitora, la cual en vez de contra-atacar con una colleja rápida, recurre al diálogo:"No seas así mi amor". Y claro, el crío se crece:"Yo voy a hacer caca al baño de Pablito". El tono desafiante provoca una mueca de asombro en la madre, pero se la come con patatas porque el insolente porta gritos, dejándola con la palabra en la boca, se dirige orgulloso al baño con ambientador. Afortunadamente los Pablos del mundo, hartos del cachondeo a su costa, se levantarán en armas y arrasarán de la faz de la Tierra a esos niños resabíados y contestones que,con sus deposiciones pestilentes, mantienen viva la industria del olor artificial. Al tiempo.

Er tio Paco.