Un caballo llegó a un charco de agua que había en el camino. Estaba a punto de saltarlo. -!Espera!- grito una vocecita. Caballo miro hacia abajo.En el borde del charco vio a una ranita sentada en una barquita, -Es una norma- dijo la ranita-.Tienes que usar esta barca para cruzar al otro lado de este lago.
Pero, ranita para mí es muy fácil saltar al otro lado.
-Las normas son las normas- dijo la rana.
Sube a mi barca.
-Tu barca es demasiado pequeña para mí -dijo el caballo.
Tienes que montar en mi barca.
No quepo en tu barca.
-! Las normas son las normas a pesar de todo!- grito la rana.
-Bueno- dijo el caballo-. Entonces sólo puedo hacer una cosa.
El caballo cogió la barca.
-Todos a bordo- gritó la rana.
El caballo levanto la barca con mucho cuidado, y se metió en el charco.
-Tienes suerte de hacer conmigo esta travesía- dijo la rana. He estado navegando de un lado a otro de este lago durante muchos años -añadió- No me asustan las tormentas ni las olas.
El caballo dio otro paso.
-Sé mas de navegación que cualquiera de por aquí-dijo la rana.
Caballo dio otro paso más. Llegó al otro lado del charco, dejó la barca en el agua.
-Ha sido un buen viaje- dijo la rana-. Ahora tengo que volver rápido a la otra orilla para esperar nuevos viajeros.
- Gracias- dijo el caballo-. Muchas gracias por haberme cruzado el lago sano y salvo.
-Fue un placer- dijo la ranita.
Caballo le dijo adiós con la mano y continuó su viaje con una gran sonrisa.
