lunes, 10 de mayo de 2010

Ayer fue un día agradable.

Celebramos un acontecimiento familiar, como casi siempre sucede nos reunimos alrededor de una buena mesa, y acompañados de buenos amigos, charlamos sobre cuestiones muy interesantes.
Intentamos arreglar el mundo y, pese a que no conseguimos ordenar todo lo que nos inquietaba, llegamos a una conclusión convincente: arreglemonos en primer lugar nosotros y olvidémonos del resto. Cuando tú estas bien todo esta en orden, ya que la percepción cambia notablemente. Si uno esta feliz apenas percibe los problemas. Es la mejor formula para andar por el mundo sin que las malas ondas te alcancen.
La cuestión es que los factores externos son los que condicionan nuestro estado de animo, con lo cual disociar es ardua tarea. Creo, que solo las personas pragmáticas y racionales pueden hacerlo, por regla general. Las que somos sensibles tenemos serias dificulta des para sobrevivir sin dejar que lo ajeno nos afecte.
Un claro ejemplo lo viví yo ayer, mi estado de animo sufrió un cambio muy especial y fuerte emocionalmente hablando, un miembro de una familia muy querida por mi se encontraba en la dicha celebración, para mi fue una muy agradable sorpresa, tan agradable, como deseada, a lo largo de los últimos años. Todos los ahí presentes creo que nos alegramos por igual, cada uno lo expreso de una manera, yo no quise acercarme a esta especial persona para darle a entender que no veía su presencia como algo especial sino que lo sentía como lo mas normal del mundo pues allí teníamos que estar todos los amigos reunidos, y para mí que estando ella no faltaba nadie, demasiado tiempo habíamos estado echando en falta a los dos, si eso ya tocaba a su fin dichoso sea Dios.
Retomando el hilo de las conversaciones de sobremesa sobre la crisis que estamos viviendo actualmente,
al parado le preocupa el desempleo, al enfermo la salud, sin distincion a cada uno le preocupa lo suyo y un poco lo de los demas. Conversamos sobre muchas cosas, pero para mi todas quedaron en un segundo plano me encontraba feliz, pues creia ver el amanecer en una familia rota por el dolor, pero unida en el Amor.