miércoles, 5 de mayo de 2010

La sabia primavera.-

Después del largo y duro invierno que acaba de dejarnos, deberíamos celebrar la llegada de la primavera y felicitarnos, unos a otros. De hecho, el 21 de Marzo no ha sido un paso mas, una fecha aleatoria, un capricho de quienes decidieron los hitos del calendario sino la confirmación de que la vida recupera el ciclo de la esperanza: los brotes se renuevan y otra vez reverdecen los paisajes aletargados por el frió, eclosionan los insectos y pueblan el aire de diminutos vuelos, dispuestos a dar alegría multicolor a jardines y campos, bueno,( sin las moscas podríamos pasar.)

Las prisas son una de las desventajas del tiempo que nos a tocado vivir. Las noticias nos golpean cada día con portadas impactantes que sin embargo, olvidamos al cabo de pocos días por mediación de otras que nos sobrecogen a pesar de que no tienen destino de permanencia. A todo esto se le suma la urgencia en la que estamos inmersos, el triunfo de la velocidad, el trabajo hecho para ayer, la fugacidad de nuestras relaciones de amistad. No nos debe extrañar, por tanto, que en muchas ocasiones ni siquiera nos percatemos del paso de los meses y hasta de las estaciones, como si fuese imposible que el año avanzara ajeno a nuestros quehaceres.

Tenemos tantas cosas en la cabeza, que raramente miramos a nuestro alrededor y nos fijamos en el milagro de la renovacion.

Desde luego la primavera es un comenzar y recomenzar, un repetir etapas que garantizan la supervivencia de todas las especies, las personas también formamos parte del ecosistema y por tanto, podemos y debemos dejarnos renovar, buscar elementos animosos que nos ayuden a abandonar los inviernos en los que en ocasiones, nos quedamos atrapados, para volver a empezar cargados de ilusiones.

La condición humana en tan frágil que necesita un motivo para recuperar la inocencia de sus primeros pasos, relajar el ritmo, olvidar el apremio de lo que no es tan importante para volcar, ahora sí , nuestras mejores capacidades en lo que de verdad merece la pena: la amistad, el amor y la participacion en esa misma naturaleza que , durante estas semanas, olvida el azote de los vientos polares, el dedo mortal de la nieve, la venganza de los torrentes de agua y lodo, y las heladas paralizantes.

Aprovechemos la alegría que se nos muestra a nuestro alrededor, solo tenemos que abrir los ojos, no solo mirar sino ver cualquier planta en cualquier lugar, incluso en las cunetas de nuestras carreteras está esa explosión de belleza que nos trae la primavera, que sepamos transladarla a nuestro día a día, es el deseo que hoy me pone delante del teclado, Un besote primaveral para todos y todas.